SUSTENTABILIDAD
Un café sustentable es hecho a mano con amor y con respeto por el medio ambiente.
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Todos disfrutamos acompañar nuestras mañanas con el exquisito olor de una taza de café, tomar un sorbo y deleitar nuestras papilas gustativas con el sabor de un buen café; pero dime, ¿alguna vez te has preguntado cómo llega ese café hasta tu taza y que lo hace tan especial? Existe un largo y minucioso proceso detrás para lograr llevar una taza de café sustentable hasta tu hogar.
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Cuando nos referimos a café sustentable no solo nos referimos a un producto, sino al resultado de un delicado desarrollo encargado de conservar el ecosistema y biodiversidad de un lugar, a su vez que proporciona estabilidad laboral bajo la ética de comercio justo a sus productores de cultivo. Estas prácticas de agricultura sustentable mejora la calidad ambiental y brinda productos naturales de mayor rentabilidad y de adquisición económicamente viable para sus consumidores.

La importancia como sistema de producción del café sustentable, en algunos casos llamado café de sombra, se acrecentó como una respuesta ante los daños ecológicos provocados por el ser humano. Estos daños se han acumulado a lo largo del tiempo y se manifiestan en la reducción de la flora y fauna, en la contaminación de los suelos y la fragmentación de los ecosistemas.
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Por ejemplo, uno de los objetivos del café sustentable es la protección de los predios cafetaleros bajo sombra porque son refugio para la biodiversidad, particularmente para algunas aves migratorias.
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Un café sustentable se produce en «fincas con una importante biodiversidad biológica y un bajo uso de insumos, pues conserva recursos, protege el ambiente, produce con eficiencia, compite comercialmente y aumenta la calidad de vida de los productores y la sociedad en conjunto.
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Esto implica que el grano debe ser producido utilizando técnicas que protegen los suelos, la diversidad biológica, los mantos acuíferos, promoviendo la captura de carbono, la reforestación, y con uso mínimo de productos químicos. Los productores deben tener acceso a la información de mercado, a créditos justos, con producción diversificada, donde se cumpla con estándares internacionales de calidad observados por terceras instancias, que aseguren el respeto de las prácticas culturales locales.